CULTIVO DE ALFALFA

1. ORIGEN.
La alfalfa tiene su área de origen en Asia Menor y sur del Caúcaso, abarcando países como Turquía, Irak, Irán, Siria, Afganistán y Pakistán.
Los persas introdujeron la alfalfa en Grecia y de ahí pasó a Italia en el siglo IV a. C.
La gran difusión de su cultivo fue llevada a cabo por los árabes a través del norte de África, llegando a España donde se extendió a toda Europa.
2. BOTÁNICA.
La alfalfa pertenece a la familia de las leguminosas, cuyo nombre científico es Medicago sativa. Se trata de una planta perenne, vivaz y de porte erecto.
-Raíz. La raíz principal es pivotante, robusta y muy desarrollada (hasta 5 m. de longitud) con numerosas raíces secundarias. Posee una corona que sale del terreno, de la cual emergen brotes que dan lugar a los tallos.
-Tallos. Son delgados y erectos para soportar el peso de las hojas y de las inflorescencias, además son muy consistentes, por tanto es una planta muy adecuada para la siega.
-Hojas. Son trifoliadas, aunque las primeras hojas verdaderas son unifoliadas. Los márgenes son lisos y con los bordes superiores ligeramente dentados.
-Flores. La flor característica de esta familia es la de la subfamilia Papilionoidea. Son de color azul o púrpura, con inflorescencias en racimos que nacen en las axilas de las hojas.
-Fruto. Es una legumbre indehiscente sin espinas que contiene entre 2 y 6 semillas amarillentas, arriñonadas y de 1.5 a 2.5 mm. de longitud.
3. IMPORTANCIA ECONÓMICA Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA.
Se trata de un cultivo muy extendido en los países de clima templado.
La ganadería intensiva es la que ha demandado de forma regular los alimentos que ha tenido que proveer la industria, dando lugar al cultivo de la alfalfa, cuya finalidad es abastecer a la industria de piensos.
La importancia del cultivo de la alfalfa va desde su interés como fuente natural de proteínas, fibra, vitaminas y minerales; así como su contribución paisajística y su utilidad como cultivo conservacionista de la fauna. Además de la importante reducción energética que supone la fijación simbiótica del nitrógeno para el propio cultivo y para los siguientes en las rotaciones de las que forma parte.
Por ser una especie pratense y perenne, su cultivo aporta elementos de interés como limitador y reductor de la erosión y de ciertas plagas y enfermedades de los cultivos que le siguen en la rotación.

En la siguiente tabla se muestra la superficie (miles de hectáreas) y las condiciones de cultivo de la alfalfa en los países mediterráneos:
PaísSuperficie
(miles de ha)
Condiciones de cultivo
Francia1500Secano principalmente
Italia2000Secano o regadío eventual
España329Dos tercios regadío y un tercio secano
Grecia180Regadío fundamentalmente
Turquía74Principalmente regadío; en secano en las montañas
Argelia6Secano y regadío
Israel3Regadío
4. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS. 






    
Curso On Line Cultivo de Herbáceos Extensivos
Los cereales
Maíz, arroz, trigo, cebada, sorgo 

Más información
 Curso On Line Industria de los cereales y derivados
Más información


4.1. Radiación solar.
Es un factor muy importante que influye positivamente en el cultivo de la alfalfa, pues el número de horas de radiación solar aumenta a medida que disminuye la latitud de la región.
La radiación solar favorece la técnica del presecado en campo en las regiones más cercanas al ecuador, y dificulta el secado en las regiones más hacia el norte.
4.2. Temperatura.
La semilla germina a temperaturas de 2-3º C, siempre que las demás condiciones ambientales lo permitan.
A medida que se incrementa la temperatura la germinación es más rápida hasta alcanzar un óptimo a los 28-30º C.
Temperaturas superiores a 38º C resultan letales para las plántulas.
Al comenzar el invierno detienen su crecimiento hasta la llegada de la primavera cuando comienzan a rebrotar.
Existen variedades de alfalfa que toleran temperaturas muy bajas (-10º C).
La temperatura media anual para la producción forrajera está en torno a los 15º C. Siendo el rango óptimo de temperaturas, según las variedades de 18-28º C.
4.3. pH.
El factor limitante en el cultivo de la alfalfa es la acidez, excepto en la germinación, pudiéndose ser de hasta 4.
El pH óptimo del cultivo es de 7.2, recurriendo a encalados siempre que el pH baje de 6.8, además los encalados contribuyen a incrementar la cantidad de iones de calcio en el suelo disponibles para la planta y reducir la absorción de aluminio y manganeso que son tóxicos para la alfalfa.
Existe una relación directa entre la formación de nódulos y el efecto del pH sobre la alfalfa. La bacteria nodulante de la alfalfa es Rhizobium meliloti, esta especie es neutrófila y deja de reproducirse por debajo de pH 5. Por tanto si falla la asimilación de nitrógeno la alfalfa lo acusa.
4.4. Salinidad.
La alfalfa es muy sensible a la salinidad, cuyos síntomas comienzan con la palidez de algunos tejidos, la disminución del tamaño de las hojas y finalmente la parada vegetativa con el consiguiente achaparrado.
El incremento de la salinidad induce desequilibrios entre la raíz y la parte aérea.
4.5. Tipo de suelos.
La alfalfa requiere suelos profundos y bien drenados, aunque se cultiva en una amplia variabilidad de suelos.
Los suelos con menos de 60 cm. de profundidad no son aconsejables para la alfalfa.
5. PARTICULARIDADES DEL CULTIVO.
5.1. Preparación del terreno.
Antes de realizar la siembra es necesario conocer las características del terreno, contenido de fósforo y potasio, condiciones de drenaje y sobre todo el pH.
Las labores de preparación del terreno se inician con un subsolado (para remover las capas profundas sin voltearlas ni mezclarlas) que mejorará las condiciones de drenaje y aumentará la capacidad de almacenamiento de agua del suelo.
Esta labor es muy importante en el cultivo de la alfalfa, pues las raíces son muy profundas y subsolando se favorece que estas penetren con facilidad.

A continuación se realizan sucesivos gradeos (de 2 a 3), con la finalidad de nivelar el terreno, disminuir el encharcamiento debido al riego o a intensas lluvias y eliminar las malas hierbas existentes.
Se recomienda intercalar las labores con aplicaciones de abonos y enmiendas realizadas al mismo tiempo que los gradeos, para mezclar los fertilizantes con la tierra y homogeneizar su distribución.
Conviene aplicar el abonado de fondo y el encalado dos meses antes de la siembra para permitir su descomposición y estar a disposición de la plántula después de la germinación.
5.2. Siembra.
Los métodos de siembra son a voleo o con sembradoras específicas de pratenses.
La mayoría de las siembras se hacen sólo con alfalfa, pero también puede asociarse a otras gramíneas
las fechas de siembra están condicionadas por la alternancia de los cultivos que se sigue en la explotación.
5.2.1. Época de siembra.
En regiones cálidas y praderas de secano la siembra se realizará en otoño, pues el riesgo de heladas tempranas es muy reducido; además la planta desarrolla su sistema radicular, almacena las reservas y a partir de la primavera siguiente la explotación está en un nivel alto de producción.
Se aconsejan las siembras primaverales en zonas frías de secano.
En cultivos de regadío la siembra se realizará en primavera, aún teniendo en cuenta que su mayor inconveniente es la presencia de malas hierbas.
5.2.2. Dosis de siembra.
En siembras asociadas con gramíneas la dosis de alfalfa debe reducirse a 6-8 kg/ha en praderas con pastoreo, y a 12-16 kg/ha en el caso de praderas de siega. 
5.2.3. Profundidad de siembra.
Depende del tipo de suelo: en terrenos pesados la profundidad está comprendida entre 1-1.25 cm., en terrenos ligeros o arenosos, la profundidad será de 2.5 cm.
5.3. Abonado.
Se aplicará una enmienda caliza a voleo y enterrada con anterioridad a la siembra, ya que el calcio es muy importante para el crecimiento de la planta y es esencial para la nodulación.
La presencia de manganeso y aluminio reduce el crecimiento de las plantas, afectando negativamente al desarrollo de las raíces.
Entre el fósforo y el aluminio se produce una interacción negativa. La presencia de aluminio libre en el suelo disminuye la cantidad de fósforo disponible.

-Nitrógeno. En condiciones óptimas de cultivo; cuando el pH no es muy ácido y no existe déficit de ningún elemento esencial, la alfalfa obtiene el nitrógeno por las bacterias de sus nódulos. Pero durante el estado vegetativo de las plántulas, éstas requieren nitrógeno del suelo, hasta que se formen los nódulos y comience la fijación.
Por tanto se debe abonar 20 kg/ha de nitrógeno, pues cantidades mayores producirán un efecto negativo al inhibir la formación de nódulos.

-Fósforo. La fertilización fosfórica es muy importante en el año de establecimiento del cultivo, pues asegura el desarrollo radicular.
Como el fósforo se desplaza muy lentamente en el suelo se recomienda aplicarlo en profundidad incluso en el momento de la siembra con la semilla.
En alfalfares de regadío con suelos arcillosos y profundos la dosis de P205 de fondo para todo el ciclo de cultivo es de 150-200 kg/ha.

-Potasio.
La alfalfa requiere grandes cantidades de este elemento, pues de él depende la resistencia al frío, sequía y almacenamiento de reservas.
Se recomienda aplicar abonado potásico de fondo antes de la siembra junto con el fósforo.
El abonado potásico de mantenimiento se realizará anualmente a la salida del invierno.
En suelos pobres se recomienda un abonado potásico de fondo de 200-300 kg/ha y restituciones anuales de 100-200 kg/ha.
En la siguiente tabla se muestra la equivalencia de las unidades fertilizantes y de los abonos empleados.
Una unidad de fertilizante es igual a 1 kg de nitrógeno, de fósforo o de potasa. (Gros y Domínguez, 92).
Equivalencia fertilizante
Abono
Riqueza en %
1 unidad de nitrógeno (N)
1.2 kg de abonado anhidro
82
2.2 kg de urea perlada
46
3.0 kg de nitrato amónico (alta)
33
3.8 kg de nitrato amónico (media)
26
5.0 kg de nitrato amónico (baja)
20
5.0 kg de sulfato amónico
20-21
5.5 kg de fosfato amónico
18-20
5.5 kg de cianamida de cal
16-21
6.3 kg de nitrato sódico
16
6.5 kg de nitrato de cal
15
7.7 kg de nitrato de potasa
13
1 unidad de fósforo (P2O5)
2.0 kg de fosfato amónico
46-52
2.2 kg de superfosfato
36-48
2.2 kg de fosfato bicálcico
38-42
2.9 kg de Phosfal
34
3.3 kg de fosfato natural
26-35
3.7 kg de superfosfato enriquecido
25-35
5.5 kg de superfosfato normal
16-24
5.5 kg de escorias
16-20
1 unidad de potasa (K20)
1.7 kg de cloruro de potasa
60
2.0 kg de sulfato de potasa
50
2.3 kg de nitrato de potasa
44
2.5 kg de silvinita
40
3.6 kg de Patentkali
28

-Azufre.
Sus síntomas de carencia suelen coincidir con los de nitrógeno. Si se añade sulfato amónico el suelo se enriquece lo suficiente para cubrir las necesidades de la planta.

-Boro.
Se trata de una carencia muy usual en el cultivo de la alfalfa, ocasionando la detención del crecimiento, amarillamiento de las hojas terminales y crecimiento entre nudos escaso.
Para enriquecer el suelo en este elemento se mezcla con otros abonos que facilitan su distribución. Se debe tener en cuenta que los encalados suelen agravar la situación de escasez de boro. Este debe distribuirse durante el invierno o inmediatamente después de una siega.

-Molibdeno.
Los suelos ácidos pueden presentar carencia de molibdeno, que afecta al funcionamiento de las bacterias fijadoras de nitrógeno.
El fósforo y la cal favorecen la absorción y disponibilidad del molibdeno en el suelo.
Los síntomas de carencia coinciden con los del nitrógeno y se suelen dar en terrenos arenosos y muy ácidos.
Cuando es preciso añadirlo al terreno, suele hacerse en forma de molibdato sódico o amónico.

-Orgánicos.
Se aplican productos orgánicos de origen vegetal o animal en diferentes grados de descomposición; cuya finalidad es la mejora de la fertilidad y de las condiciones físicas del suelo.
Las sustancias orgánicas más empleadas son: estiércol, purines, rastrojos y residuos de cosechas. 

En la siguiente tabla se muestra el abono orgánico más utilizado en el cultivo de la alfalfa y composición (en kg de elemento fertilizante por tonelada de abono). (Gros y Domínguez, 92).
 
Elemento fertilizante
Abono orgánico
Nitrógeno (kg/tn)
P20(kg/t)
K20 (kg/ha)
Estiércol (20-25% de MS)
4
2.5
5.5
Estiércol semilíquido Vacuno-Cerdo (9% MS)
5
2
6
Estiércol semilíquido Vacuno-Ovino (11% MS)
5
4
4
Purín 
1.5-2.5*
0.25-0.5*
4-6*
*Riqueza media por metro cúbico
-Enmiendas calizas.
Son materias fertilizantes que contienen calcio y magnesio en forma de óxidos, hidróxidos o carbonatos.
La finalidad de la enmienda cálcica es mantener o incrementar el pH del suelo así como mejorar las propiedades del mismo.
Estas enmiendas se emplean principalmente en áreas con suelos ácidos.

A continuación se muestran las enmiendas calizas y magnésicas más empleadas, tipos de productos y riqueza en fertilizantes. (Gros y Domínguez, 92).
 
Producto
Riqueza en %
CaO
MgO (min)
P205(min)
Productos crudos
Calizas molidas
45-55
-
-
Calizas magnésicas
30
20
-
Margas
25
-
-
Productos cocidos
Cal viva
70-95
-
-
Cal apagada
50-72
-
-
Cal magnésica
70*
15
-
Cal magnésica apagada
50*
10
-
Escorias Thomas
 
45-55
2-3
16-20

Comentarios

Entradas populares